Había una vez un pobre leñador que regresaba a su casa
después de una jornada de duro trabajo. Al cruzar un puentecillo sobre el río,
se le cayo el hacha al agua.
Entonces empezó a
lamentarse tristemente: ¿Como me ganare el sustento ahora que no tengo hacha?
Al instante ¡oh, maravilla! Una bella ninfa aparecía sobre
las aguas y dijo al leñador:
Espera, buen hombre: traeré tu hacha.
Se hundió en la
corriente y poco después reaparecía con un hacha de oro entre las manos. El
leñador dijo que aquella no era la suya. Por segunda vez se sumergió la ninfa,
para reaparecer después con otra hacha de plata.
Tampoco es la mía dijo el afligido leñador.
Por tercera vez la
ninfa busco bajo el agua. Al reaparecer llevaba un hacha de hierro.
¡Oh gracias, gracias! ¡Esa es la mía!
Pero, por tu
honradez, yo te regalo las otras dos. Has preferido la pobreza a la mentira y
te mereces un premio.
http://www.pequelandia.org/cuentos/cortos/honrado.htm
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