Los bebés aprenden a leer antes de poder sostener los libros con las manos. Incluso antes de ver bien. Porque al principio leer es escuchar.
Cuando aún están en el vientre, los bebés reconocen las voces de sus padres y esa voz amorosa que les da seguridad es el hilo que siguen para descubrir el mundo cuando nacen, momento en el que sus sentidos más desarrollados son el oído y el tacto. Las palabras de los primeros libros deben dirigirse a esos sentidos para poder despertar los otros.
La música, el ritmo, las repeticiones y la sonoridad de las nanas y rimas que les llegan con las voces de sus padres son el primer libro de los bebés. Un libro que se canta mientras los acariciamos y mecemos, un libro que se canta para provocar las primeras sonrisas, para decirles que les amamos y que llegaron a un mundo en el que queremos compartir muchos momentos especiales con ellos; muchas palabras y emociones, muchos y muy diversas lecturas.
Tomado de: www.leerenfamilia.com
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