·Había dejado de nevar y los niños, ansiosos de libertad,
salieron de casa y empezaron a corretear por la blanca y mullida alfombra
recién formada.
La hija del herrero,
tomando puñados de nieve con sus manitas hábiles, se entrego a la tarea de
moldearla.
Haré un muñeco como el hermanito que hubiera deseado tener
se dijo.
Le salio un niñito
precioso, redondo, con ojos de carbón y un botón rojo por boca. La pequeña
estaba entusiasmada con su obra y convirtió al muñeco en su inseparable
compañero durante los tristes días de aquel invierno. Le hablaba, le mimaba...
Pero pronto los días
empezaron a ser mas largos y los rayos de sol mas cálidos... El muñeco se
fundió sin dejar mas rastro de su existencia que un charquito con dos carbones
y un botón rojo. La niña lloro con desconsuelo.
Un viejecito, que
buscaba en el sol tibieza para su invierno, le dijo dulcemente: Seca tus
lagrimas, bonita, por que acabas de recibir una gran lección: ahora ya sabes
que no debe ponerse el corazón en cosas perecederas.
http://www.pequelandia.org/cuentos/cortos/nieve.htm
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